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Realizar arreglos y reparaciones en la vivienda, o contratar a alguien para que lo haga, antes de venderla o alquilarla, es lo ideal para aumentar su valor en el mercado. A continuación, presentamos algunas reformas no muy costosas:

Jardín

Si la casa cuenta con un jardín frontal, es necesario que este se vea bien cuidado para atraer a los potenciales compradores o arrendatarios. Si es verano, un truco es plantar flores coloridas que le den vida a la vivienda.

Entrada principal

La puerta de la entrada de la casa es un elemento que puede dar un adelanto sobre cómo luce el resto de ella, así que es importante que luzca segura pero también con una gran estética que además combine con el resto de la infraestructura.

Ventanas

Son muy importantes, por lo cual si no se encuentran en buen estado es el momento ideal para pensar en reemplazarlas. Si lo haces, asegúrate de que sean de calidad y que cumplan con la función de aislamiento.

Cocina

Uno de los aspectos más solicitados por alguien que desea comprar una vivienda es que tenga una buena cocina. Así que transformarla es una buena idea para subir el nivel del inmueble. Los pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia, sin recurrir a un alto presupuesto: pintar las paredes con algún color en tendencia, sustituir los armarios, cambiar la encimera o renovar el piso.

Aislamiento

Una vivienda que tenga el sistema de aislamiento apropiado es vital para que una persona quiera vivir ahí, además puede reducir entre un 10 y 50% los gastos de electricidad. Por otro lado, la calefacción garantiza que la vivienda tenga una buena temperatura, tanto en los meses con más frío como en los más calurosos.

Parking

Si la vivienda que vas a vender o arrendar fue construida hace más de 15 años, un elemento que probablemente valga la pena reemplazar es la puerta del garaje del parking, ya que las que se elaboran en estos días son más seguras, fuertes y aislan mejor. Este cambio también servirá para hacer el exterior más atractivo.

Toda instalación automática necesita un mantenimiento que asegure su perfecto funcionamiento. Aunque muchas veces te olvides de ella, la puerta de tu garaje también requiere de ciertas dosis de mimos y cuidados que preserven su funcionalidad y aumenten su longevidad. Para que tu preciado garaje se encuentre en perfecto estado, te ofrecemos una serie de consejos que podrán evitarte posibles averías.

Para su mantenimiento, debes tener en cuenta varios factores, como son el tipo de puerta del que dispones, el material del que está hecha, si está en interior o exterior, la climatología o los insectos pueden afectar a su operatividad.

Limpiar el entorno de la puerta periódicamente es primordial. No dejes basuras ni acumules residuos en las guías laterales, dado que, este mal hábito, puede provocar atascos en su apertura o cierre y, en el peor de los casos, descarrillarla.

Regularmente, debes comprobar que esté lubricada y revisar que los sistemas de apertura mecánica, las bisagras y pestillos, no se encuentren desgastados. Recuerda engrasar las partes anteriores y aquellas zonas donde el motor y la puerta giren.

Domus Immobiliària, te recuerda que evites a toda costa la humedad en este espacio y, aún más, en la zona del cuadro de control. Todo el cableado debe permanecer seco, dado que al ser un sistema eléctrico, puede dejar de funcionar si se moja. En épocas estivales, tus enemigos pueden ser los insectos. Razón por la que debes controlar que estos no entren en este sistema y, si lo hicieran, utiliza un pequeño aspirador para eliminarlos.

Así mismo, existen otras cuestiones que debes revisar de manera puntual. Por ejemplo, pintar cada par de años la puerta de entrada para que luzca adecuadamente. Debes observar la placa con la puerta en funcionamiento, ya que es algo imprescindible para detectar posibles fallos en el mecanismo. Cuida el posible sobre calentamiento, dado que puede dañar los relés y otras partes sensibles. También es adecuado que revises tu mando a distancia, controlando si requiere un cambio de pilas o crear un duplicado.

 

 

Una de las prácticas que debería desarrollarse en todo hogar es la del reciclaje. Nuestro planeta agradece cada pequeño gesto que lo proteja de los efectos de  las malas acciones de la civilización.

Por suerte, comenzar a reciclar es sumamente fácil, solo hace falta que nos informemos al respecto y que comencemos a implementar medidas en nuestra cotidianidad. Primero, necesitaremos tener tantos cubos de basura como tipos de materiales se pueden reciclar. Es decir, tendremos que separar los elementos que pueden reutilizarse de los que no.

Para simplificarlo, volverlo más entretenido y habituarnos más fácilmente, vamos a asociar cada tipo de material con un color específico.

Amarillo: plásticos
Aquí tiraremos los elementos como botellas plásticas, envases de productos lácteos, hueveras plásticas, papel de aluminio, latas de bebidas y conservas, recipientes de productos de limpieza, bolsas de plástico y platos y vasos desechables. Evita las latas de aerosol vacías, plumas, calculadoras, cepillos de dientes, biberones, juguetes y calderos o sartenes de cocina.

Azul: papel y cartón
En el contenedor azul procura que solo se desechen elementos de papel o cartón. Entre estos destacan las bolsas de papel, cajas de cartón, carpetas, folios usados, libretas, sobres, periódicos y hueveras de cartón. No arrojes fotografías, papel higiénico, papel de cocina ni servilletas ni envases de más de un material.

Verde: vidrio
Este es uno de los cubos más delicados. Coloca una bolsa plástica en el contenedor antes de comenzar a recolectar. Solo puedes tirar botellas de vidrio, frascos de conservas, recipientes de vidrio y tarros de cosmética y perfumería. En cambio, ni se te ocurra arrojar bombillas, vidrios de ventanas, espejos, frascos de medicamentos, gafas, tubos fluorescentes, vasos, copas de cristal, jarrones y tazas de porcelana.

Gris: elementos orgánicos
Este contenedor es el que recogerá todos los elementos que no podemos tirar en los otros tres cubos. Está destinado a almacenar lo no reciclable, como es el caso de los productos de porcelana o cerámica, los pañales, los cristales, los restos de alimentos, el papel higiénico, las servilletas y las fotografías.

Contenedor para pilas
Por su alto contenido de metales tóxicos, las baterías y pilas alcalinas deben almacenarse en un cubo o recipiente separado de todos los demás productos.

Lo que no podrás reciclar
Es importante que tengas en cuenta que no todos los residuos del hogar podrás depositarlos en alguno de los cubos por tratarse de elementos peligrosos o que requieren de una manipulación especial. Tal es el caso de los medicamentos –que deben ser llevados al Punto Sigre más cercano– y las ollas, sartenes y paraguas –que deben consignarse en el Punto Limpio más cercano–.

 

Si decidimos vender nuestra vivienda, seguramente no vamos a querer invertir grandes cantidades de dinero en realizar reparaciones o remodelaciones porque no vamos a disfrutar de ellas, además de experimentar los inconvenientes de estar en casa mientras pintan, tiran paredes o arreglan los baños. Antes de embarcarnos en un proyecto de este tipo, hay que estudiar si será o no rentable. Si todo resulta bien, no solo lograremos vender el inmueble más rápido, sino a un mejor precio que si se hubiese quedado en el estado original.

Pintura transformadora
Es de las tareas más simples, pero puede cambiar completamente cómo se ve una vivienda. Contribuye a dar más luz y, si se seleccionan las combinaciones correctas, dará una muy buena primera impresión a los potenciales compradores. Pintar es prioritario frente a otros cambios, como la instalación de un nuevo calentador, ya que al final la pintura influye en la apariencia, que es lo que juega un papel determinante para enamorar a los futuros dueños.

Restaurar en vez de sustituir
En lugar de cambiar los suelos de la vivienda, un profesional puede reacondicionarlos a un coste mucho menor. Si decides cambiarlos, el valor total de esa inversión puedes sumarlo al precio total de la casa.

Áreas prioritarias
Si no cuentas con los recursos económicos necesarios para remodelar toda la casa, enfócate en las áreas en las que los compradores se fijan más: la cocina y los baños. Si estos espacios se ven muy descuidados y viejos, lo más probable es que no tengas suerte mostrando la propiedad, en especial si quienes la visitan buscan mudarse de inmediato.

Exhíbela con orgullo
Una buena limpieza siempre cambiará la apariencia de la casa. Utiliza accesorios y elementos que ya tengas en el hogar o adquiere otros a bajo coste para adornar el inmueble y prepararlo para cuando los potenciales compradores vengan a verla, así como para preparar las fotografías para su promoción